El regalo más deseado por los españoles para estas navidades es el dinero o las tarjetas regalo

¿Qué regalo? He ahí la cuestión que más preocupa en vísperas navideñas junto a cómo evitar sentarte al lado de quien no debes en la cena de Nochebuena. Respecto a esto último el único consejo es andar espabilado, pero la ciencia sí que puede ayudar a decidir qué comprarle a la familia.

Contrariamente a lo que se suele pensar, los regalos que perduran en el tiempo no son los que nos hacen más felices. Esta norma vale lo mismo para ese pijama espantoso de hace tres navidades como para el último iPhone. De acuerdo con estudios recientes, ofrecer una experiencia (ya sea un concierto, un viaje en globo o un día en un spa) tiene un impacto mucho mayor en quien lo recibe. Puede resultar paradójico, porque estos últimos sólo duran unas horas y el objeto resiste años.

Sin embargo, según las investigaciones de Thomas Gilovich, profesor de Psicología en la Universidad de Cornell, que ha estudiado la relación entre dinero y felicidad durante dos décadas, mientras que a las posesiones nos acostumbramos, las vivencias asociadas a una emoción producen un efecto más duradero. La clave está en nuestro cerebro.

«Conseguir un móvil o una televisión libera endorfinas y crea un placer inicial que nos hace sentir bien, pero es muy cortoplacista, se desvanece en seguida», explica José Carrión, especialista en psicología clínica de Cinteco. «Sin embargo, una experiencia que protagoniza el individuo hace que el sistema nervioso la recuerde mucho tiempo como satisfactoria, porque acumula las emociones vividas».

Claro, que para que esta teoría funcione hay que acertar con la experiencia que la otra persona desea y lograr, además, que le saque el máximo partido. «El concepto empatía es muy importante», añade Carrión. «La clave no sólo está en lo que te regalan, sino en el esfuerzo que se ha tomado el otro en encontrar lo que te puede gustar».

Ahora bien: si en vez de a los psicólogos escuchamos a los economistas el consejo es mucho más pragmático. En su libro Scroogenomics.Por qué no deberías comprar regalos para las fiestas,Joel Waldfogel, profesor de la Wharton School, explica que la idea misma de entregarle un obsequio a los seres queridos es una ineficiencia económica. El problema radica en la falta de correspondencia entre cómo calcula el que regala que van a valorar su elección y cómo lo hacen realmente. Se pierde de media hasta un 10% de la inversión en este desajuste. Sólo en EEUU, desaparecen 60.000 millones de dólares en estas ineficiencias de los regalos navideños.

Lo más recomendable, dicen los economistas, es dar dinero en efectivo. Así la otra persona puede comprarse algo que realmente valore. La opción ha ganado muchos adeptos en los últimos años en España. De hecho, según Deloitte, el regalo más deseado por los españoles para estas navidades es el efectivo.

Quienes lo consideren demasiado frío siempre pueden optar por las tarjetas regalo, así el receptor puede comprarse con ellas lo que quiera. Pero cuidado con los bonos escapada y los «vale por una cena romántica». Sólo en EEUU, se pierden más de 8.000 millones de dólares al año con las tarjetas olvidadas que se dejan de canjear. Qué desilusión para el sistema nervioso.

 

Fuente: MARTA G. ALLER